Ciclogénesis Explosiva Karusil

24 Ene

Lo escribí en el papelito. Me lo propuse al cumplir los 34. Lo pedí a gritos el martes pasado en un post. ¡Y ha sucedido! Estos tres factores han confluido cual ciclogénesis y empiezo a trabajar el lunes que viene. Que sí, que yo ya trabajaba, y mucho. Por la mañana como frilans y por la tarde como mami. Pero buscaba algo a tiempo completo, que con dos criaturas no está el patio como para ir de princesa. He tenido suerte. Se trata de uno de esos trabajos que molan. Además, vuelvo a mis orígenes, a la química, y a mí la nostalgia me puede. Estoy que no quepo en mí.

Pero también será duro. Porque me conozco, y al principio querré ser una ‘superwoman’, pero no lo seré, y me  invadirá la culpa, y es que nadie me va a devolver las maravillosas tardes que hasta ahora disfrutaba con R y con C. No seré yo quien les de la mano todo el tiempo cuando estén enfermos, y me perderé la carita de R cuando le recojo en la guardería. Ya no me dirá Ayó Mamá porque cuando salga de casa él estará dormidito. Y me repetiré, una y otra vez, que lo importante es la calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos. Y lo creeré. A pies juntillas. Y espero aplicarlo.

Aún así estaré en la retaguardia. Seré el duendecillo que les arropa de noche. Quien les prepara su ropita y la mochila para ir al cole. Quien organiza las comidas y quien llama a todas horas para pedir informes. Y por supuesto, me desviviré todas las noches y fines de semana para estar con ellos sin parecer cansada. Como tantas otras madres. Que no está el mundo para ir de princesa.

El Mundo de Karusa ya no será el mismo. Habrá más informes y menos galletas. Más reuniones y menos parques. Volveré a creer en el BIY vs. el DIY que tanto me gustaba…Pero al final, valdrá la pena. Por mí. Por E. Y por los niños. Y si me pierdo en el nuevo mundo siempre estaré a tiempo de volver…¿me esperaréis?

3 tormentas en una

Ciclogénesis Explosiva

El Reto: 12 meses, 12 libros

23 Ene

Ya sabéis que uno de los propósitos que me he marcado al cumplir los 34 es leer más. Desde que soy mamá parecía haber aparcado la lectura y es una pena. Primero, porque disfruto mucho con la intimidad que me brindan los libros. Segundo, porque quiero transmitir mi amor por los libros a mis hijos, y por ahí dicen que los pequeñajos aprenden en gran parte por imitación. Mi idea: 12 meses, 12 libros.

Por si fuera poco, buscando por la blogosfera me encuentro que Carmina, De Tinta en Vena propone un reto: que nos leamos un libro al mes, pero no cualquier libro. Libros que tenemos criando malvas en las estanterías. Como yo también he sido compradora compulsiva decido apuntarme al reto. Si hay alguien ahí que me lee y quiere apuntarse encontrará más información aquí.

He elaborado una lista con 12 de los tantos libros que acumulan polvo en mis estanterías. Hay verdaderas perlas. A medida que los vaya leyendo enlazaré el libro a su reseña correspondiente. Asimismo, me reservo el derecho a cambiar algún libro de la lista.

1. El Señor Pip, de Lloyd Jones (2008). Me lo prestaron al año y medio de casarme y aún no lo he devuelto. Lo estoy leyendo en estos momentos, y está resultando una delicia.

2. La loca de la casa, de Rosa Montero (2003). Me lo compré porque así me han llamado más de alguna vez.

3. Hijos del ancho mundo, de Abraham Verghese (2009). Me lo regaló mi madre y me lo ha recomendado muchísima gente.

4. Los Pilares de la Tierra, de Ken Follet (1989). A mi favor diré que esperé a que saliera la edición de bolsillo, porque yo soy de las que leo en el metro, y la edición de tapa dura pesa lo que no está escrito. De hecho, lo pedí para Sant Jordi de 2010.

5. Cisnes Salvajes, de Jung Chung (1993). Me lo regalaron también, y siempre lo quiero leer. Pero ahí está.

6. El nombre del viento (2009). Lo empecé embarazada de 8 meses pero la ciática pudo conmigo. Luego las teta cada 3 horas, las noches en vela…De este año no pasa.

7. Sobre Literatura, de Umberto Eco (2002). Fue el primer libro que me compré cuando me fui a vivir a Madrid. Y ahí se quedó, acumulando polvo hasta ahora, que ya hace 8 años que he vuelto a Barcelona.

8. Muerte en Venecia, de Thomas Mann (1972). Una reliquia 😉

9. El amante de Lady Chatterley, de D.H. Lawrence. (1980). Me lo regalaron cuando a punto estaba yo de embarcarme en el mundo de la maternidad. Pero no tocaba, luego llegó un embarazo, el otro, lactancia…como que no me pega. Creo que ya estoy preparada 😉

10. La Señora Dalloway, de Virginia Woolf (1925). Me lo compré cuando estrenaron la peli. Y desde entonces mora por las estanterías de mi casa.

11. El laberinto de las aceitunas, de Eduardo Mendoza (1983). Me lo prestaron y siempre pienso que lo leeré cuando me apetezca echarme unas risas, pero siempre acabo por colar otra novela.

12. Te Daré la Tierra, de Chufo Lloréns (2008). Es un préstamo con dedicatoria incluida, por lo que es de los libros que no me atrevo a sacar de casa. Y como leo más fuera de casa que dentro…¡Pues ahí está! En este caso, en la mesita de noche, siempre observándome y diciéndome «léeme, léeme».

¡Suerte y ánimo a los que se apunten!

No tengo alma de princesa

22 Ene

Hoy os voy a confesar un secreto. Yo nací princesa. Me crié en un castillo lleno de algodones. Con una madrastra, y de las buenas. Me llevaron a un cole de pago donde aprendí inglés y conocí a otros de mi especie. También aprendí francés, ballet, pintura y solfeo. Todo a la vez. Mis notas siempre fueron excelentes, menos en deporte, enclenque de mí. Los profes me adoraban y no tuve problemas en entrar en la universidad que quise. Por la puerta grande. Conocí a mi príncipe azul a los 18 y aún seguimos juntos. Una princesa de verdad, de la de los cuentos.

Pero no tengo alma de princesa. No me van los zapatitos de cristal. Ni las carrozas. Me mola ir en mi furgo con las bambas y con la prole gritando en los asientos de atrás. En la cocina voy a pelo, sin delantal, porque me gusta mancharme. Soy de las que disfrutan comiendo con las manos y no me importa limpiar cacas (nunca una cosa detrás de la otra). Las quedadas sociales me hacen sudar, yo prefiero invitar a casa a los buenos amigos, a los que no les importa que acune al niño mientras me ayudan a cortar la carne, o si me levanto 80 veces o si les recibo en zapatillas. Soy un culo inquieto, una curranta, y me sube la bilirrubina cuando tengo una entrega. Disfruto buscando cosas en Internet, organizando cualquier tipo de evento y haciendo listas. Me ponen los Excels, las Presentaciones en Power Point y los estudios de mercado…¡cómo me excitan los estudios de mercado! Soy analítica y también soy creativa. No me gusta dar órdenes, prefiero que la gente me escuche y crea en lo que hace. Me gusta liderar proyectos, pero también tener a jefes que merezcan la pena ser escuchados. No me van los castillos con tropecientas habitaciones, sueño con un loft donde compartir mis ideas y escuchar las de los demás. Me gusta buscarme la vida. Y soy de las que  aprendo haciendo. Mi pasión: los nuevos negocios, los nuevos mercados, las tendencias en marketing.

Pero vivimos inmersos en esta puñetera crisis donde parece que sólo hay sitio para príncipes y princesas. Para los que están cómodos como están, para quienes no quieren cambiar el mundo. Y yo ya no quiero ser princesa. Quiero empantanarme. Quiero que me caigan proyectos a mansalva, volver a pasar noches en vela acabando presentaciones. Reunirme con los clientes. Redactar planes de empresa y llevarlos a cabo. Elaborar presupuestos y lidiar con los proveedores. Viajar y estudiar otros mercados, desvivirme por mi trabajo, y llegar a casa con la satisfacción de que he hecho algo productivo y disfrutar como una loca del poco tiempo que me quedará para mis niños.

Así que si hay alguien ahí, escuchando, por lo que más quiera, que me adopte en su mundo laboral, que me muero por volver a currar como antes, como una bestia. Que mi reino lo cedo, que yo no quiero ser princesa.

Buscando Curro

Semana a Semana

21 Ene

El pasado jueves por la noche, mi amiga M me mandó un enlace a su nuevo proyecto en Blurb. Un libro de fotografías de su embarazo, semana a semana. Me ha gustado tantísimo que hasta por un momento me enajené y pensé en lo genial que sería volver a estar embarazada. Afortunadamente, la enajenación mental fue transitoria, pero para todas aquellas que estéis embarazadas o que queréis estarlo pronto, os enseño una pequeña muestra de su proyecto, que me parece de lo más inspirador.

Podéis ver más fotos de Mar en su página web.

Semanas

Semanas

Así empezó todo...

Así empezó todo…

20 semanas

20 semanas

¡Es una niña!

¡Es una niña!

María

María

35 semanas

35 semanas

That's all, folks!

That’s all, folks!

 

 

 

 

 

 

Receta: solomillo de cerdo a la mostaza

18 Ene

Esta es una receta muy económica y socorrida que os recomiendo si un día tenéis invitados. Es, además, muy fácil de hacer, quizás una de las recetas más fáciles que conozco.

QUÉ VAS A NECESITAR

  • 1 Solomillo de Cerdo (calcula 1 solomillo por cada 2 ó 3 personas)
  • Mostaza antigua
  • 1/4l de vino de  Jerez
  • Queso de untar
  • Nata para cocinar
  • 1c de concentrado de carne
Solomillo de Cerdo a la Mostaza

Solomillo de Cerdo a la Mostaza

PREPARACIÓN PASO A PASO

PASO 1. Precalentamiento. 
Precalentamos el horno a 190º.

PASO 2. Unta que te unta. 
Mezclamos el queso de untar con un poco de nata, para que no quede cuarteado. Añadimos un poco de mostaza antigua, al gusto, y mezclamos bien. Untamos el solomillo con la mezcla. Reservamos lo que sobra de la mezcla para la salsa.

PASO 3. Hornear.
Lo metemos en el horno y lo dejamos unos 20-30 minutos a 180-190º. Depende de cada horno y del tamaño del solomillo. También depende de cuántos solomillos hagamos a al vez.

PASO 4. La Salsa.
Ponemos el jerez y el concentrado de carne en un cacito y dejamos que el alcohol se evapore. Luego añadimos el sobrante de la mezcla que hemos preparado antes y removemos. La salsa se debe hacer a fuego muy suave, para que no se cuartée.

Lo podemos presentar cortado a rodajas de unos 10-15 cms. ¡A mí me encanta con patatas paja!

Con su salsita y sus papitas...¡mmmmm!

Con su salsita y sus papitas…¡mmmmm!